La gran creatividad del joven C.S. Lewis (1898-1963) – o Jack, como a él le gustaba que le llamaran – hacía volar su imaginación mientras pasaba largas horas leyendo libros sobre países mágicos y soñando en otros nuevos. De esas fantásticas imágenes nunca se olvidaba Jack, ni siguiera cuando tuvo que sufrir la temprana muerte de su madre, la dificultad de los internados y el reto de su servicio a la patria en tiempos de guerra. Como escritor, maestro y comunicador de profundas verdades cristianas, el hombre que noe regaló Narnia sigue estimulando a muchos lectores de todo el mundo.